martes, 12 de julio de 2011

Tristeza emperrada


la miseria también es un perro
que no es casi ya perro sino sarna
no hay un pelo que proteja tanta carne
de las noches heladas ni los soles
el perro arrastra sus patas por la villa
y su espanto y dolor me anuda el cuerpo
las ampollas le cubren la cabeza
y su mirada pequeña resistiendo
no puede descansar porque los niños
le dieron su cariño por mandato
y espera la santa parca que se tarda
cuando sufrir es sinónimo de estar
cuando el deseo es más hijo de la muerte
compadecida del perro casi perro
deformado y agotado suplicando
un par de tiros a miseria
                            por su frente

C.

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