sábado, 13 de agosto de 2011

reminiscencia


La cabeza
como una lámina de gelatina
naranja
montada en forma de pared
a medio hacer
ya casi sin frío
goteando
transpirada
la poca nitidez que queda,
mientras desde adentro juegan
dos voces niñas
que hay desde niña,
junto a alguien nuevo y alguien viejo
que rozan a mano abierta
las paredes livianas,
tentando la duda,
con una risotada eléctrica,
un tik en la pierna,
una angustia conocida
que viene de un profundo miedo
porque desconoce
(porque se acuerda
una vez más
que siempre desconoce)
de qué lado
se ha quedado el centro.
...

L.

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