viernes, 9 de diciembre de 2011

Al fin lo dije




















quiero hacer el amor escuchando cuarteto
y que me digas que hagamos el amor
aunque sigas cantando que el amor no se hace
oírle algún discurso a la cristina
con tu brazo cruzándome los hombros
estar de fiesta en la calle a grito suelto
y comer choripán entre la gente
saber que nos sentimos tan felices
que de a poco las cosas van cambiando
el paisito y la carne van cambiando
entonces carcajear con el pasado
y encontrarnos de nuevo siendo pueblo
peronista de negros de alma y cuerpo
pobres diablos tomando la batuta
demostrando nuestro orgullo
                                        de ser ciertos

C.

6 comentarios:

  1. https://lh4.googleusercontent.com/-KNdd23YrjP4/TYIpt7gWCvI/AAAAAAAAD6w/MqSQ2LWWhx8/Cristina_huracan.gif

    ResponderEliminar
  2. muy buena foto flaco gracias! beso rande rande!

    ResponderEliminar
  3. me fascinó este poema! muy pero muy hermoso, y mejor aún, lo peronista: acá hay otra d alma y cuerpo!!

    ResponderEliminar
  4. gracias bella!!!! tan linda como uste su comentario! mucho beso pa ti, te quiero tanto!

    ResponderEliminar
  5. POEMA A LOS CABECITAS NEGRAS

    Por Alicia Eguren

    Dejadme sonreír;
    permitidme que sonría con la certidumbre manca de los hombres
    bizcándome cada parte de nuestra humanidad.
    Aquí, en Buenos Aires,
    de acuerdo con la cartografía que yo apuntalo
    se desparrama una fortaleza
    de la cual siempre he hablado
    y que morirá hablando
    a través de mi cuerpo:
    Buenos Aires.
    Entre un río que golpea
    destinada y genesíacamente
    todos los tiempos de la terrible felicidad humana.
    Entre ese río y la dispersión rala
    de los extramuros,
    y después el campo,
    la planicie sedimento.
    Dentro de ese contorno polémico,
    Buenos Aires.
    Hombres polémicos
    que estamparán su pena en la noche estrellada:
    …Y volcando,
    desencadenando sus represas perfectas
    el Norte ya cantado,
    represas fijas al fondo,
    al fondo de la tierra
    por el cuño de Dios, no las obras de Dios,
    por el esqueleto de Dios, no la revelación de Dios.
    ¿Por estos diminutos huecos de tierra
    debemos recomenzar la búsqueda?
    Hemos palpado a nacer,
    en nosotros,
    glóbulos,
    glóbulos perfectos
    que impensadamente se henchían
    están hoy diluidos,
    impensadamente también
    por estos espacios del mundo nuestro:
    Buenos Aires.
    Pero cuando el flanco se agita
    con la final molicie,
    cuando el descuajado talud se abandona
    a su resbaladizo e incontenible fin,
    el corazón que ama la plenitud
    despliega su alarido
    despeña su urgente necesidad de aurora,
    y entonces el Norte
    nuevamente
    como también eterna
    eternamente,
    por los diminutos huecos de la tierra
    comienza a arrojar
    las amontonadas
    las contenidas represas
    las infinitas gotas
    los receptáculos del vino añejo:
    cabezas,
    cabecitas negras,
    padres en los frutos válidos.
    Dejadme sonreír,
    permitidme que sonría…
    ¿Alguien,
    algunos pueden
    pueden todavía vencer a la muerte?

    ResponderEliminar
  6. gracias flacura por compartirnos esto! qué final el de ese poema! impresionante! abrazo fuerte! que andes de soles

    ResponderEliminar