martes, 23 de octubre de 2012

Quédense tranquilos estoy viva

no entiendo a la gente
que cuando le preguntan cómo está
responde simplemente todo en orden
como si se pudiera
como si se ordenara alguna cosa
más que los libros rebalsando el escritorio
o la cama destendida de hace días
capaz desde los días que no estás
como si se pudiese
esconder el dolor en la cocina
el miedo en los estantes que no alcanzo
la dulzura en la pieza solamente
los colores y bochinches en la calle
o la locura en el cuerpo sin que salga
como si se pudiera
ordenar todo el hambre de los pobres
toda la mugre despectiva de los ricos
todas las violaciones las golpizas
los facundos riveras los migueles galvan
todas las gorras y la trata y los cobanis
toda la merca y la fana y los tentáculos
de monsanto alumbrera y barrik gold
como si se pudiese
ordenar todavía la injusticia
y la belleza del mundo en otro lado
y la esperanza perimetrada y contadita
en monedas de cinco a diez centavos
como si se podría
encacillar el sexo y la aventura
las ganas del inmenso transformando
el amor compañero y colectivo
la vida tan hermosa tan frustrante
agresiva y tiernísima exitada
tan plena y tan muerta tan naciendo
tan nada y tan todo
                     de una vez

C.

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