no saber para qué ni cómo
no controlar
pero sentir que me agrada y que deseo
pasar el rato
tomar el mate
mirar mi propia oscuridad
andar mi propia oscuridad
dejar mi propia oscuridad
para confiar mi luz
y agradecer
la tierra desde abajo
las voces de los bichos
el ritmo del río en plena noche
encima de motores y parlantes
dejarme ser el ser en el amor
permitirme descansar así
en la bondad mayor del universo
en la sabiduría que acuna y que despierta
en el paso que doy hacia mí misma
hacia la paz que somos desde siempre
aprender la humildad de dormir con la cabeza de uno en los pies del
otro
con la cabeza del otro en los pies de uno…
ir sin más
así
sencillamente
a donde sea
despojarse del orgullo y la soberbia
asumir la ignorancia en el camino
entregarse al corazón que canta
sin alardes
sin bullicios…
la cabeza a los pies…
reverencia
mutua
a la vida
presente
que atraviesa
C.
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