miércoles, 23 de agosto de 2017

Jugarretas I

Carolina llegaba a una casa de té y no sabía si quería té, y cuando pensaba que sí no sabía de qué gusto, ni si lo iba a tomar ahí o lo iba a llevar a su casa.
Y todo porque se había criado en una familia en donde el té "esto" y "aquello", y en una sociedad en donde tomar acá "esto" y en donde llevarlo "aquello otro", y en un vicio mental enroscado y controlador. Que si el boldo después de comer... que si la azúcar agregada al té de durazno... que si los colorantes artificiales... y que si acá te atienden lento y que si en casa no sabe igual... y que una vez había comprado un té vencido... y que otras le gustaba el café con leche... y que nunca había probado la fanta de uva, que no tenía nada que ver con nada, pero era una bebida.
Carolina llegaba a una casa de té y no sabía si quería té, y cuando pensaba que sí no sabía de qué gusto, ni si lo iba a tomar ahí o lo iba a llevar a su casa.
Carolina, entonces, por algún motivo desconocido llegaba a una casa de té, y alguien del local le preguntaba ¿señorita qué desea? Y ella, arrimada al mostrador, no sé. Pero voy a llevar una cajita de 45 gramos de té negro en hebras, con pimienta, chocolate y naranja. Muchas gracias.

C.

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